Mujeres invencibles de la literatura mexicana

Grandes talentos han recorrido las veredas de las letras latinoamericanas. Novelistas, cuentistas, dramaturgas, escritoras. Mujeres que han consolidado las letras latinoamericanas a través de su visión, su vida o sus pasiones.
El 16 de mayo de 2020, fallecería la gran actriz, pero también dramaturga Pilar Pellicer por complicaciones derivadas a causa del COVID-19. Muchas de sus últimas obras, escritas para teatro, hoy permanecerán esperando que sean revividas sobre las tarimas. Aunque fue dirigida por el cineasta español, Luis Buñuel en la película Nazarín (ganadora del premio en el festival de Cannes en 1959) y ella misma, ganó infinidad de premios; es su visión literaria, aunque breve, la que nos trae hasta este punto. Sobrina del célebre poeta Carlos Pellicer Cámara, bailarina profesional y directora además de actriz, Pilar Pellicer hizo uso de todos sus medios para expresar su arte. Siempre rodeada de escritores como Juan Rulfo y Carlos fuentes, su vena artística siempre se mantuvo presente. Tomó clases de dirección y se encargó de dirigir la obra “¿Qué Hora es?” y “El hogar sólido “ de Elena Garro.

Pilar Pellicer


A propósito de La Garro, como se le llamaba cariñosamente entre el circulo de intelectuales y amigos que le acogieron, Elena fue dueña de una vida tan matizada como su obra literaria. Nacida en Puebla, México en 1920, se casa con Octavio Paz a los 18 años. Ella describiría más tarde ese matrimonio como “una relación de amor y envidia “. Fue como la de muchas mujeres relacionadas con personas de tales envergaduras, una vida que se caracterizó por fuertes choques de personalidad, muy añejos y muy dolorosos. Autora de obras como “Reencuentro de personajes”, “Memorias de España”, “La casa junto al río”,” Inés”, “El Duende”, “El Rey Mago” ,”Un traje rojo para un duelo” y “ La Dama Boba”, marcaría la historia de las letras en el conocido grupo de escritores llamado “La Generación del Medio Siglo”.
La Garro diría una vez que “yo vivo contra él (Octavio Paz), estudié contra él, hablé contra él, tuve amantes contra él, escribí contra él y defendí a los indios contra él, escribí política contra él, en fin, todo, todo, todo lo que soy contra él” – en 1963, fue reconocida con el Premio Xavier Villaurrutia, gracias a su novela llamada “Recuerdos del porvenir” en cuyo jurado se encontraba Octavio Paz. Claramente, puede notarse una relación complicada entre ambos.

Elena Garro y Octavio Paz


Pero Elena Garro tenía un poco abierto el camino para ese entonces. Mucho antes que ella, otra mujer escritora ya había ganado este premio anteriormente, Josefina Vicens.

Otra mujer escritora muy reconocida, de Chiapas México, la famosa Rosario Castellanos. Huérfana a muy temprana edad, esta importantísima escritora se convierte en maestra de filosofía de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México en la década de los cincuenta, como también de otras universidades norteamericanas. Fue una ávida defensora de los derechos de las mujeres, lo que la convirtió en un símbolo de lucha para los movimientos actuales. Son precisamente los movimientos defensores de los derechos de los indígenas quienes reconocen en Rosario Castellanos a una verdadera persona interesada en el bienestar de las comunidades y se sienten representadas por ella. Su hijo, el politólogo egresado de la Universidad Libre de Berlín occidental, Gabriel Guerra Castellanos, fue siempre un gran apoyo cuando a su madre la nombran embajadora de México en Israel en 1971, donde fallecería por un accidente tan desafortunado, habiéndose electrocutado con una lámpara al tratar de contestar el teléfono después de haber salido de la ducha. Rosario Castellanos tenía en ese momento 49 años.

Rosario Castellanos


Afortunadamente, para esa época, el premio Xavier Villaurrutia ya contaba con cierta trayectoria reconociendo la labor de las mujeres en la literatura como el trabajo de Inés Arredondo, quien lo obtuvo en 1973 por “Río Subterráneo”. Esta escritora, marcada en su vida por las lecturas de Friedrich Nietzsche y Søren Kierkegaard, comienza a explorar los temas del ateísmo y la filosofía, ésta última con estudios formales en la Universidad Nacional Autónoma de México. Casada con Tomás Segovia en 1958, el escritor valenciano naturalizado mexicano, vive opacada por la lucha de su nombre con el de él, hasta su separación, que causa mella en su trabajo, al grado de ser afectada de nuevo por otra crisis espiritual. Las obras de Arredondo, cuentan en sus haberes con trabajos tan notables como “La Señal”, “Los Espejos”, “Historia verdadera de una princesa”, “Opus” asi como aquellas obras que han sido traducidas al alemán – entre otros idiomas – como “Die Sunemiterin” y “Sommer”, nos permiten conocer un poco de la acción literaria de esta escritora. La depresión siempre la acompañaría hasta sus últimos años de vida cuando fallece el Día de muertos (2 de noviembre) de 1989 en su departamento de la capital de México. Fue alumna del poeta y escritor Carlos Pellicer, tío de Pilar. Porque la grandeza siempre está relacionada de algún modo.